La condesa de Gimaní, reseña del libro

La condesa de Gimaní



Escrito con un lenguaje sencillo, el relato La condesa de Gimaní nos sumerge en las ocurrencias de jóvenes estudiantes que se toman muy en serio la tarea de llevar al triunfo como reina estudiantil de una localidad a Paola Matilde I, una chica universitaria muy agraciada por la naturaleza. Aunque los hechos podrían ocurrir en cualquier ciudad pequeña, el relato precisa que suceden en Cartagena. 


Esta obra que reseñamos, sin embargo, no ameritaba tantas páginas para contar bien la historia.


La narración de este relato es muy lineal; carece de un conflicto fuerte que obligue al lector a leer el texto de un tirón. Luego de demasiadas páginas, un nudo literario se asomó en la historia, pero rápidamente lo diluyó Álvaro Monterrosa-Castro, autor del relato. 

El conflicto que pudo haber tensado la narración, asomó cuando los partidarios de Paola Matilde I, candidata a reina estudiantil de la comarca (había otras participantes en el concurso) se percataron de que desde el gobierno local había manos oscuras que no garantizaban una competencia justa. Inmediatamente, los impulsores de Paola Matilde I al reinado, retiraron a su candidatura y decidieron coronarla, ya sin ninguna votación.

Existe otro momento que pudo lograr un gran interés en la lectura. Este sucede cuando, ya coronada como reina, Paola y su secretario particular desaparecieron. Cundió la preocupación en los estudiantes. Sin embargo, la alumna y su acompañante regresaron, sanos y sin contratiempos; habían ido a un lugar cercano a tratar asuntos propios del reinado de Paola.


Voz narrativa de La condesa de Gimaní


Es una negra que vendía comida a los estudiantes universitarios quien cuenta la historia. Se llama Rosalía. Y todo lo sabemos a través de su visión. Esta mujer, al integrarse al comité de la candidata Paola Matilde I, toma el cargo de condesa del reinado que se avecina. De ahí el nombre de este ebook. 

El texto es un largo monólogo de la negra Rosalía, en el cual cuenta detalles de los sucesos sobre el reinado estudiantil de Paola Matilde I. Todo se lo relata a un forastero que ha ido a indagar sobre ese reinado del pasado.

El lector encontrará varios vocablos locales, así como también lugares comunes del lenguaje, pero estos se justifican porque los dice alguien que vive en la región.

El texto es muy prolijo en los preparativos de la candidatura de esta joven estudiante y los recorridos que hace, en compañía de quienes la apoyan, en busca de adeptos que la lleven al triunfo. Muchas páginas ocupan los pormenores de la campaña, donde las crónicas muy descriptivas carecen de tensión. No hay algún incidente que introduzca el suspenso o la intriga en la historia. Pero, el desenlace es lo mejor logrado de este relato. Es un final que el lector ya intuye a lo largo del texto, el cual no voy a contar para no matar la historia. Solo digo que es un final digno de un buen cuento.

La obra está dividida en dos partes; la primera aborda lo relacionado a las peripecias de los jóvenes estudiantes durante la campaña y coronación de Paola Matilde I como reina de los estudiantes de la comarca; la segunda contiene el desenlace de la historia.

¿Y qué es La condesa de Gimaní, un cuento, una novela, una crónica historiográfica? 

La condesa de Gimaní oscila entre el cuento y la novela. Es un texto muy largo para ser un cuento. Pero, le faltan subhistorias para ser novela. 

El entramado de la historia es un cuento, sólo que muy largo: el final es congruente con el desarrollo de la única historia que corre en el relato, la cual, ya lo he dicho, carece de un nudo o conflicto; pero, en los cuentos se vale que el conflicto apenas si asome. Si el texto no fuera tan largo, hubiese sido un cuento redondo y memorable.

En la primera parte de La Condesa de Gimaní, las crónicas son muy extensas en detalles. De hecho, la mayor parte del texto está compuesto por la cronología de la campaña de la candidata a reina, que cuenta la negra Rosalía, quien es algo así como su secretaria particular.

Sin duda, el texto es ficcional, aunque pudiera arrancar de hechos reales. En literatura, no importan si los sucesos son reales o inventados, sino que sean verosímiles. Y esto se logra en la obra.

Las crónicas -o notas de color, como se dice en el medio periodístico-  que integran la mayor parte del texto de La condesa de Gimaní, se leen con facilidad, porque el lenguaje es sencillo, propio de los jóvenes. Y ese es un gran mérito.

En la segunda parte de este texto literario está la clave para que el lector tenga una idea completa sobre si el reinado de Paola Matilde I fue un reinado para siempre -como tantas veces lo dice la negra Rosalía- o es producto de la imaginación de quien cuenta la historia.

Cuando la negra Rosalía empieza a desvariar en torno a los sucesos de ese reinado es lo mejor logrado literariamente. El estado emocional de la condesa sale a flote y el lector empieza a adivinar el final.

A una india, que la negra Rosalía ve que está a su servicio le dice:


"Mírame, no estoy para nada demente ni senil. Y cuidadito, que me vuelves a repetir que frente a mí no hay ningún señor, ningún forastero ni nadie; que aquí no hay reino, ni reina, ni rey, ni nada. Que no hay gigantes, ni heraldos, ni palacio real, y que no eres india. No me vuelvas a repetir que no estamos en un castillo campestre. No me digas otra vez que estoy delirando, porque me levanto de esta mecedora, grito de nuevo y te las verás con mi bastón. Te lo repito, india Emelina: sí eres india".

De los personajes de esta obra, es el de la negra Rosalía -la condesa, pues- el que está más completo: a través de su monólogo el lector se entera de su físico, su manera de pensar, su carácter. El personaje de Paola Matilde carece de todos los rasgos literarios que debía tener. Sabemos que es una joven entusiasta, pero conocemos poco de su carácter. Los demás personajes -los integrantes del comité de apoyo de la candidata al reinado- quedan como personajes ambientales.

La condesa de Gimaní es la tercera obra de Álvaro Monterrosas-Castro. Anteriormente había publicado los libros de cuentos En el remolino de la fiesta y la catástrofe y Me diste lo más dulce del amor y lo más amargo del sufrimiento.

La Condesa de Gimaní es una obra muy fácil de leer por jóvenes, principalmente, sin que ello implique que no pueda gustar a las personas de más edad. El lenguaje es el habitual de los muchachos: sencillo. Y es recomendable para quienes apenas inicien en las lecturas de textos narrativos; pero no para lectores avezados, esos que leen novelas que la crítica ha colocado en la cima. Estos últimos se vuelven muy exigentes con los textos narrativos.

Datos del libro reseñado:

La condesa de Gimaní,
Autor: Álvaro Monterrosas-Castro,
Editorial: CALIGRAMA
Ebook, 192 páginas.

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